miércoles, diciembre 28, 2011

Réquiem para un año imperfecto


Si algo me llevo de este año es que las cosas mas hermosas son imperfectas. La vida pasa rápido y es, por naturaleza, violenta. Nunca tendremos todo lo que queramos. La vida, sin embargo, es hermosa. Si algo aprendi este año es que las cosas pocas veces salen como uno quiere, que la gente miente, que hay días que lastiman, y que, aun así, la belleza se encuentra en todos lados. Este año encontré esa paz que, supongo, a uno le viene poco a poco con los años: la tranquilidad de saber que las cosas pasan, la vida sigue, las ventanas se abren, los corazones se rompen y los amantes vuelven disfrazados te otra cosa.

Me tomé este año para sanar heridas y aprender dejar ir. Tuve muchas semanas para leer y ver ballet y juntar los cachitos de corazón que un año antes me quedaron tirados por todos lados. Me tomé este año para ganar amigos y extrañar en la distancia, ganar kilos y perder uno que otro miedo, reconocer responsabilidades y aventarme, de nuevo, al vacío. Me di permiso, si acaso tímidamente, de confiar un poquito. Puedo decir que fueron doce meses de mucha felicidad, si acaso nublada por recuerdos de cosas que nunca pasaron. Fueron meses de borracheras, cenas y conciertos y así me alcanzaron los días para cruzar un par de pendientes de la lista: un proyecto interesante, una boleta de calificaciones perfecta, un plan para los meses que se vienen. Este año hice las pases con la certeza de que los planes son simples artimañas para lidiar con ansiedades. Este año me monté en el barco y me hice a la mar.

Este año comencé a apreciar la belleza en las fallas, en las imperfecciones, en la posibilidad de que no todo se encuentre bajo mi control. Este año aprendí que no todo combina, que el a veces no hay vino tinto… aprendí a usar botas de agujetas, a que la lluvia cae de los edificios y la nieve de pronto viene en ocutbre. Aprendí que la gente te quiere cuando te quiere, porque quiere y hasta donde quiere y no hay más. Aprendí a querer con sana distancia de por medio. Aprendí a reconocer mis limitaciones. Aprendí a beber vodka en las rocas, porque no siempre viene bien el whisky, ni el mezcal ni el prosecco.

Este año me deja miedos y dudas y problemas que resolver. 2011 me obligó a aceptar que, tal vez, no sea tan malo exponerse de vez en cuanto. Los riesgos nos alcanzan. Este año me quedó claro que las tragedias pasan, esté uno solo o acompañado. Este año me deja flores y asientos vacíos y pelos de gato (y la certeza de que no soporto a los gatos y de que cada vez me molestan un poco menos los niños). Este año vi luces de colores y piruetas y tacones. Usé esposas y medias de diseñador y escuché muchísima música. Este año me regaló mucha música nueva y unos ojos multicolor y mañanas en el Upper East Side y noches en el Meatpacking. Este año, ciertamente, no fue como lo esperaba, este año fui feliz.

Y ahora viene otra cosa, imperfecta y bella. Estoy lista.

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2 comentarios:

Marination dijo...

Linda linda entrada!!! Me da gusto leerte bien y lista!!! Beso enorme amigocha del alma!!! Te quierouuu

Unknown dijo...

Hola! No tengo idea de cómo llegué a tu blog; imagino que buscaba algo en google, le dí enter y me apareció (supongo que después descubriré qué buscaba), y bueno, que parece que fue una muy feliz coincidencia, pq acabo de leer esta entrada (y la más reciente) y me ha gustado harto como escribes!! En verdad. Y mira que a mí me da una hueva horrible leer ñoñeces personales de mis amigos, digamos en face o algo así, y de repente veo que tú escribes cosas personales, haciendo tu propio balance de tu año, de tus experiencias... Y no pude dejar de leer, y a ratos asentir, totalemten de acuerdo.

En fin, todo esto pa darte una buena felicitación por como escribes.

Saludos.