Hay algo en creer que el enemigo está al otro lado de la trinchera, escribiendo... y no sentado en la sala, leyendo una revista. Hay algo en tratar de espantar ese insecto que nos zumba en los oídos esa certeza, dolorosa como evidente. Hay algo en apagar la luz y beber una infusión luminosa.
Tal vez sea que sólo juegas a quererme. Tal vez sea que yo juego a que te creas que te creo... Tal vez, en el fondo, no me importa nada.
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