Hoy June se fue de viaje... a mi Henry el mundo se le ha caído encima.
Quisiera abrazarlo, oler su perfume que tanto me gusta y besarle el cuello. Quisiera, con todas mis fuerzas, tomar su cara entre mis manos, y decirle lo que alguna vez me dijo: sereno, querido Henry, ya vendrán lluvias suaves. Se que sin June la vida se ve borrosa, pero sereno, sólo se ha ido de viaje.
Quisiera decirle que no vivo enamorada: que me enamoro de su risa y de sus cuentos sólo de vez en vez (como él me enseñó). Quisiera decirle que yo también me iré de viaje pronto y que mi viaje será largo. Quisiera decirle que ojalá me extrañe como yo extrañaré las arrugas de sus ojos, sus manos frías, su voz tibia...
Quisiera pasar los próximos cuarenta días entre maletas y sus piernas, entre textos, licor y cigarros... quisiera que me prometiera cosas para mi regreso, cosas que nunca se cumplirán. Quisiera que siguiéramos jugando a lo imposible, que siguiéramos caminando por la ruta sin destino... Quisiera que me dijera que me quiere. Quisiera decirle que yo también: no como novio, no como amigo, que lo quiero como Henry y como Henry siempre lo querré.
Pero hoy no podré decírselo pues June se ha ido de viaje y a mi Henry se le ha caído el mundo encima.
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