viernes, julio 09, 2010

The bottle is almost gone...

Hace unos días se me llenó el pecho de nostalgia y aún no he logrado sacarla del todo. Parte nostalgia adelantada, parte nostalgia añeja, parte nostalgia reciente. Nostalgia, al fin, nostalgia completa, enredada, hecha bolita y alojada justo debajo del esternón.

Es linda, de pronto, la nostalgia. Es como dicha pasada guardada en frasquitos que a uno le da por abrir de vez en cuando. Y como me gusta vivir en el borde, me gusta abrir demasiados ante el riesgo de no poder cerrarlos todos. Generalmente la nostalgia me viene natural y así como viene se va en unas horas. Pero en estos días el proceso se ha atrofiado un poco.

De pronto me ha dado por extrañar días pasados, días presentes y días que pronto pasarán. Me ha dado por extrañar los sábados perfectos, las noches interminables llenas de charla y vino y humo, las madrugadas clandestinas llenas de baile y coqueteo y siempre acompañada de mi mejor cómplice…

Y me he sentado largo rato a recordar libros y películas y conciertos y besos y besos donde no deben ir los besos y miradas sin pudor y juegos clandestinos por debajo de la mesa. De pronto me ha entrado una ligera tristeza por los conciertos que no terminarán en un hotel o los correos larguísimos, llenos de dulces mentiras y los mensajes, las palabras al oído, los besos en los labios.

Y es que es un poco miedo de que mi castillito de naipes, tan amorosamente construido, deba sufrir una caída inminente ante los ventarrones que han comenzado a soplar cerca de mí. Y también es un poco el encierro y el castigo y el no poder ni querer ser rescatada. Y es también que el tiempo, como bien sabía que iba a ocurrir, se comienza escurrir cada vez más rápidamente.

Pero es linda la nostalgia y de pronto me gusta hacer una escala para pasear por el pasado, antes de continuar con el siguiente punto del itinerario. Y un buen amigo me dijo algunos días atrás que para expulsar la nostalgia del pecho, el mejor expectorante son los abrazos. Es cierto, pero… y con qué me quito luego la nostalgia por ese remedio?

Tres canciones que no alivian, pero no importa:

Long Distance Call, Phoenix (Wolfgang Amadeus Phoenix, EUA, 2009).
No olvidaré esa noche y ese concierto y ese berrinche y los días que siguieron. Ahora cada que escucho a Phoenix sonrío ante el recuerdo: "si me dices cómo se llama esa canción, me olvido del enfado". Lo demás es historia y un buen grupo que hace buena música: http://www.lastfm.es/music/Phoenix/_/Long+Distance+Call

Lover's Spit, Broken Social Scene (You Forgot It In People, EUA, 2004)

Escucho esa canción y automáticamente me acuerdo de mi marido: por la laaaarga serie de pliés que acompañaban a esta canción cuando la descubrí, por Queer as Folk (pausa... Brian Keeney... mhhh), por los cafés de los viernes de donde nacieron los sábados perfectos y muchas cosas que ya no dejarán de acompañarme. Linda canción. Escuchese con cautela si su corazón no anda en buen estado: http://www.lastfm.es/music/Broken+Social+Scene/_/Lover's+Spit

 Tu Amor me hace Bien, Marc Anthony (Amar sin mentiras, EUA, 2007)
 
Es salsa, ergo suena a casa. Suena al bar latino en Paris, a un rapto en medio de Tlalpan tras una mala noticia, a cumpleaños en medio de mojitos, a mi padre. Me hace feliz y me recuerda a días soleados. Tal vez no es la mejor estrategia cuando los días se nublan pero esta canción (para mí, al menos) es inevitable:
http://www.lastfm.es/music/Marc+Anthony/_/Tu+Amor+Me+Hace+Bien

1 comentario:

Il primi dijo...

Hola DI!!!

Sabes que normalmente no comento pero que siempre leo tus entradas, y te digo ya sea por mensajin algun comentario.

Sin embargo esta en particular me gusto mucho, a lo mejor porque ante mi cambio tan repentino de paradero, no me toco vivir estos momentos de nostalgia previos a la partida, y a mi me toco el derrame de todos los frasquitos en un solo momento.


Lo unico que queda es disfrutarlos, al maximo. Y que los proximos momentos de nostalgia ojala sean de un proximo fin de año en la Quinta Avenida si es que coincidimos para recibir el 2011.