Hoy tengo ganas de portarme mal, muy mal. Tengo muchas ganas de perderme en la ciudad, de jugar bajo la mesa de un buen restaurante mientras cruzo miradas con el comensal de enfrente, quien viene también acompañado. De llevar un vestido corto y labios rojos y tacones altos y dejar que me inviten tragos y me abran la puerta. De aceptar una invitación, de tomar un vuelo y volver hasta el domingo.
Hoy me quiero colar a una fiesta, dormir en un hotel, entrar al cine y no ver la película. Tal vez compartir la cama con más de una persona… Hoy quiero beber un poco más de la cuenta y no comer más que lo indispensable y fresas con chocolate. Mojar un vestido de seda bajo la lluvia y escuchar al oído un “eres mi lujo”. Quiero recibir una invitación a jugar, vestida de negro, y aceptarla con un cruce de piernas. Hoy traigo los dados en la bolsa.
Hoy me quiero colar a una fiesta, dormir en un hotel, entrar al cine y no ver la película. Tal vez compartir la cama con más de una persona… Hoy quiero beber un poco más de la cuenta y no comer más que lo indispensable y fresas con chocolate. Mojar un vestido de seda bajo la lluvia y escuchar al oído un “eres mi lujo”. Quiero recibir una invitación a jugar, vestida de negro, y aceptarla con un cruce de piernas. Hoy traigo los dados en la bolsa.
Este clásico legendario (que yo amo en la voz de Nina Simone) ha tomado un aire insoportablemente sexy. Es la guitarra precisa, la voz apenas melancólica y el ritmo pausado. O tal vez es la letra: te he hechizado, porque eres mío. Capricho delicioso. Quiero un Malbec y que me quiten la ropa. Lo quiero ahora.
Para los que no creen que las bandas sonoras de las películas de vampiritos malcogidos no valen la pena… el disco entero es notable, pero esta es una de mis piezas favoritas. A mi parecer, es una canción masculina y contundente. Tiene dos partes: una como para tomar un whisky, la otra como para manejar rápido y no pagar las multas. Me gusta, me gusta mucho, me suena a viernes nublado y cerveza alemana con un chico que use negro y no se rasure tan seguido.
Si de portarse mal hablamos, quisiera portarme mal en un Alexander MCQueen, quisiera portarme mal en Les Halles. GRAN canción, especialmente para fiestas privadas… muy privadas. Digo, el título lo dice todo.
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