domingo, octubre 18, 2009

On Odile and her 32 fouettés

Paloma Herrera. Plumas negras. 32 fouettés dobles. Para mí Odile es epónimo de niña mala. De esas bitches que inspiran a dejar de soñar y vivir a voluntad. Años de pasión por la danza e innumerables espectáculos presenciados me han dejado una reflexión interesante: en el ballet, como en la vida, ser la protagonista nunca es ni tan demandante ni tan divertido como ser la antagonista.

Y es que ser buena no deja nada, ni cuesta nada. La belleza de los solos y los requerimientos técnicos del papel de Odette no se acercan, ni por error, a los de Odile. Es Kitri (y no Dulcinea) quien debe ejecutar el notabilísimo set de fouettés con mano a la cintura y abanico en uso de Don Quixote. No es Clara sino el Hada Violeta la que acapara los más bellos minuets del Cascanueces.

Al final, por más bella que sea la historia de amor que se cuente, son ellas (las niñas malas) las que se llevan las palmas y dejan memoria. Son ellas las poseedoras de la admiración y la envidia de todo bailarín. Así también admiro a las mujeres poco convencionales. Aquellas que no se conforman con amar en una sola vía, con respetar las normas sociales, con tocar sólo un par de vidas.

Y es que portarse mal (verdaderamente mal) es amar con la cabeza y con las caderas. Para portarse mal es necesario escuchar al sabio instinto y no al corazón (el músculo más estúpido que tenemos). Hay veces que se necesita ser malo para alimentar al alma. Suena padre, pero no siempre es fácil o divertido. Por eso admiro a las niñas malas.

Será que les quedan los labios rojos. Será que hacen lo que les place, sin pedir disculpas. Será su fugacidad o la fuerza que necesitan para dejar impresiones indelebles, será que las mueve la pasión y no el sentimentalismo o las expectativas. Será que son de armas tomar, controladoras y neuróticas… será que son muchas cosas.

Será que quisiera ser niña mala. Mil veces preferiría ser Odile (como para qué quiero quedarme con un príncipe que hace piqués y usa mallitas?). Y es que ser Cisne Negro es una gran cosa.
Y como así las cosas, les dejo mi música para portarse mal (que en mi mente, generalmente aplica a un par de cervezas, ropa interior negra y una fiesta privada):

Soft Rockstar, Metric (Grow Up and Blow Away, EUA, 2001)

Me gusta Metric porque no usa sonidos pretenciosos. Sus rolas son fáciles de escuchar (lo cual puede aburrir a algunos) y con letras más bien cínicas. Esta, por ejemplo, suena un poco a seducción, pero no frontal. Es como para empezar a platicar y batir un poco las pestañas.

Is Is, Yeah Yeah Yeahs (IS IS EP, EUA, 2004)

Mi banda fresi-rocker-sexy por excelencia. Karen O’ cuenta con todo el look de niña mala. Tacones altísimos, chamarra de cuero, voz extraordinaria. Eso y las sutiles guitarritas de esta canción: éxito seguro. Cuatro chelas y al hotel.

Paralyzed, The Cardigans (Gran Turismo, EUA, 1998)

Un disco clásico, que me recuerda a la época de cuando aprendí a besar sin pensar en nada. “The sweetest way to die”. No necesito abundar.

Bad Blood, Simian Mobile Disco (Temporary Pleasure, EUA, 2009)

El título de la rola y del disco son verdaderamente geniales y muy ad-hoc. Casi no escucho música electrónica de este tenor, pero el beat de esta canción es completamente irresistible (lástima que el resto del disco deja mucho que desear). Con estos sonidos me dan ganas de alcoholizarme y bailar. Y portarme mal, muy mal.

6 comentarios:

il cugino dijo...

gran entrada mi estimadisima Di, me cae que definitivamente es a verdad, kanentablemente hay personas que no aprendemos y seguimos tras la biñas buenas.

Unknown dijo...

Definitivamente cierto!!!!perooooooo las niñas malas suelen (no muy a menudo) tener sus momentos de bondad de sentimentalismo, de expectación y sí, aunque el corazón es el mùsculo más estúpido a veces hay que guiarse según sus instrucciones...

Por otro lado, sería interesante preguntar a sus queridísimos lectores del setsooo masculino qué prefieren a las niñas buenas o a las malas???

Bs

Dioniso dijo...

Hay en las niñas malas un atractivo violento. La buenas me gustan como para lo que viene siendo ello, la imagen de niña buena siempre despierta algo, algo a profanar, a romper, a ensuciar.

Hay temporadas, vendimia, niñas malas, niñas buenas, niñas buenas jugando a ser malas. No sé si las malas la pasan mejor.

Libres. Niñas, mujeres, pero libres. Malas o buenas, pero que estén dispuestas a agotar en una noche todas las posibilidades del mundo y que luego se olviden y encuentren su Romeo o lo que se les antoje.

Se me antoja una niña buena y una mala, al mismo tiempo: hay que quererlo todo.

sjleyg dijo...

Como bien sabes, en general, mi super-yo (como dices tú) no me lo permite, pero a veces sí sale lo 'niña mala' y si eso ha sucedido es gracias a tu influencia en los últimos años y a tus terapias ;)

sjleyg dijo...

btw, "en una nota relacionada", encontre un regalo ad-hoc: http://shop.cafepress.com/design/16919705

;)

Un fulano dijo...

No puedes ir así por la vida... dime donde vamos a terminar? en NY??? Diana cuándo entrarás en razón? osea ya te dieron la Fulbright y a mí me acaba de llegar un oficio de felicitación del BID... es hr de reconsiderar si la actitud de niña mala es la correcta!