martes, diciembre 10, 2013

Hoy amaneció nevando en Nueva York


Hoy cayó nieve en Nueva York y a mí me dio por escribir de nuevo. No tengo claras las razones, ni tengo certeza en que volveré al hábito de la total indiscreción semi-anónima, pero hoy amaneció nevando y a mi me dieron ganas de volver a mi blog.

Qué ha pasado en estos ocho meses y pico? Todo y nada. El Republicano se fue, tal y como vino, una tarde soleada de otoño: con sus ojos multicolor y su cuestionable preferencia política. Un poco mas sabio, tal vez, con unas cuantas (varias) canas más en el cabello. Tan perfecto e insoportable como aquel día en que lo conocí. 

Y así las cosas. Tuve que desaprender a estar acompañada, a llegar a casa y fumar y ver algún programa en el canal militar. Y tuve que volver a aprender a hacer ruido en la mañana, a acostarme pasadas las once de la noche, a abrir la ventana y a dormir en las dos almohadas. Y así se han ido los últimos meses, en la absoluta serenidad de saber que nos amamos y crecimos juntos hasta que no pudimos hacerlo más. Y ahora estoy bien. A veces me da pena admitir que siempre lo estuve. Esta vez, a diferencia de todas las anteriores, aún después de la batalla, me mantuve en una pieza.

Por lo demás, mi vida en Nueva York sigue siendo la misma. La ciudad es igualmente bella y despiadada. Los amigos, los de a deveras, siguen ahí, infalibles e inspiradores. Mi trabajo, mis padres, mis gustos musicales. Todo sigue igual, de cierta manera. Y ahora tengo todas las posibilidades delante de mí, y con ellas tengo decisiones que me rehuso a hacer ahora (después de mi cumpleaños, vale?). Ahora duermo mejor, voy menos al gimnasio, bebo casi de igual manera (aunque ahora me toque pagar mis tragos). Ahora entro a mis treinta, segura, amada y serena.

Y no se. Tal vez entierre este espacio para siempre como parte de mis ritos de paso. Tal vez es tiempo de dejar de contarle al mundo mis fantasías, mis aventuras y mis miedos y sea hora de enfrentarlos en silencio. O tal vez, sólo tal vez, sea sólo el comienzo de una nueva serie de historias qué compartir. Esto lo decido hasta que pase mi cumpleaños, vale?

... Y así, como todo va y viene, me reencontré con un viejo amor musical. Birdy creció y le maduró la voz y el estilo. Y me gusta, como para caminar en las nevadas calles neoyorquinas en una buena tarde de martes.


2 comentarios:

San dijo...

Qué bueno leerte otra vez!! :D

Unknown dijo...

No será que aquella Di no era la verdadera y autentica Di... Como sea, deleite leerte nuevamente :D...