jueves, abril 04, 2013

It's almost cherry blossom season (again)

Ya va a ser temporada de cerezos otra vez. tal vez sea tiempo de empezar a escribir.
 
 
En parte, la razón principal por la que mantuve este espacio en abandono temporal fue simple y sencilla: me mudé a vivir con el republicano y, de pronto, me ví desprovista de aventuras qué platicar. Bueno, si una cuenta aprender a compartir la cama, el baño, la cocina, las horas, los días (y mi precioso mezcal, el valiosísimo espacio del clóset, las sábanas, la temperatura ambiente, los antojos, los miedos, los horarios, las manías, una que otra fobia, el queso, el papel de baño y, sobre todo, LA TELE) como una aventura, tal vez pueda contarles una que otra cosa.
 
Pero la verdad es que nadie quiere escuchar historias de parejas estables y felices que se inventan una rutina los domingos y se pelean porque nadie compró jugo de naranja. Nadie, y me incluyo, quiere escuchar sobre la fabulosa vida de una chica soltera que se convirtió en todo lo que dijo que odiaba: la que se sale de la fiesta temprano para llegar a acurrucarse con el compañero de cuarto; la que se levanta una hora mas temprano para que a los dos les de tiempo de arreglarse... la que (quién lo diría?) olvida de vez en cuando que vive en una ciudad REPLETA de hombres guapísimos.
 
Y pues si, mis queridos lectores, los últimos meses se pueden resumir en peleas (pleitos, berrinches, pues) por el control remoto, la manera de recoger un vaso roto, las horas insalubres a las que estoy acostumbrada a llegar (o a levantarme, cuando no puedo mas con la culpa y voy al gimnasio), el uso de la calefacción contra las ventajas de un edredón de plumas y un largo, aburrido y penosísimo etcétera.
 
Y, no se, por alguna razón, no me provoca escribir sobre mis penurias domésticas. Tampoco me apetece mucho alardear de las maravillas de la vida marital (si, en efecto, se tiene mucho sexo, mucho, del bueno, del que una vez terminado provoca prender un cigarro, del que se hace mas de una vez y tiene rápidamente a encontrar sedes alternas por toda la casa). No se... será tal vez que ahora lo que platico no me pertenece a mí nada más (y a uno que otro incauto siempre anónimo). Ahora mis momentos mas divertidos, los que realmente importan, le pertenecen también a un alto y apuesto chico republicano de ojos grises (o son verdes?).
 
... todos, casi todos. Igual, si me apetece, les platico pronto a qué me refiero. En cualquier caso, queridos lectores, prometo hacer un esfuerzo por encontrar otras cosas de qué escribir. Alguna aventura me inventaré para no siempre quejarme de mi aburrida y trastabillada vida conyugal.
 
Mientras, les dejo música. Seguramente para la próxima ya les puedo dejar la liga a una playlist de Spotify.
 
Lianne La Havas, No Room for Doubt
 
Una rola tranquilita, bellísima, un tín triste, un tín sexy. Apta para estos días que (por lo menos aquí) no se deciden entre invierno y primavera.
 
 
 
Y para las noches que ya permiten salir en falda y tacones...
The Royal Concept, D-D-Dance
 
 
 
 

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