domingo, abril 08, 2012

Tengo un par de cajitas y una muñeca que regala besos


Tengo la cabeza llena de ideas y cosas y preguntas. Tengo 10 días para terminar un proyecto. Tengo poco tiempo y un refrigerador vacío y una pila de ropa que lavar. Tengo buenos amigos y una ventana a Paris en mi cuarto. Tengo cerezos floreando y parques verdes y comidas en terrazas. Tengo un verano esperando tras una reja con llave. Tengo una boda y vestido que comprar y un boleto de avión que tal vez o tal vez no tenga regreso. Tengo una vida a la que regresar y un cansancio que se me ha empezado a acumular. Tengo un ciclo que se empieza a cerrar. Tengo (casi) una tesis de maestría.

Tengo una casa de muñecas y un libro de cuentos. Tengo que levantarme mañana y tomar el camión que me deja frente a No. 1 UN Plaza. Tengo una tarjeta con mi nombre que le daría envidia a la Diana de 15 años que tomó aquel tour por las Naciones Unidas. Tengo una puerta que todos los días me lleva a Manhattan. Tengo mucho tiempo libre y varias horas de sueño y todas las opiniones culinarias que caben en la guía Zagat. Tengo al Chrysler Building y al Lincoln Center y a Central Park. Y tengo Grand Central  y el Lower East Side. Y tengo al Upper East Side... al menos por ahora. 

Y tengo miedo. Y tengo unos ojos que cambian de color y una historia que nunca le contaré y que haría las cosas más fáciles. Y tengo, debo admitir, un par de fantasías. Y tengo muchos besos que darle, antes de que anochezca. Y tengo, tal vez, un verano en Wonderland y varias noches cerca del río. Y tengo que decirle que tal vez debimos apurar el paso, que tal vez debí ser previsora, que tal vez debimos pasear por Central Park mientras estaba nevado. Y tengo que aceptar que soy feliz, que, después de caminar descalzos por el Parque, de una manera extraña e inesperada, soy muy feliz.

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