domingo, marzo 04, 2012

Until you make them mad...


Por ahí leí que uno no sabe lo que se siente por alguien hasta que ese alguien nos hace enfadar. Pues el Republicano está enfadado conmigo y yo con él. Y es una de esas cosas que empiezan chiquitas y se van haciendo grandes. Uno de esos hilos que uno jala y termina en un hoyo que ya no se puede coser. Y pues estamos enfadados y parece que no lograremos entendernos. Será que creemos cosas distintas, será que mis ganas y sus ganas no hacen unas ganas completas. Será que él está cansado de trabajar para pagar sus lujos del Upper East Side y que yo he pasado demasiado tiempo contando calorías y quemándolas en el gimnasio. 

Será lo que sea, pero me parece que empiezo a extrañar las mañanas de ojos grises. Y será lo que sea pero me he dado cuenta que siento cosas por este muchacho y me parece muy mala cosa venir a descubrirlo hasta ahora. Y será lo que sea, pero la última vez me prometí no irme a meter en donde es evidente que no me quieren. Ya salí corriendo de noche y en medio de la lluvia, sólo para descubrir que el drama estaba en mi cabeza. No más. Me han hecho enfadar y con ello he descubierto que hay algo en los ojos que cambian de color y en las tardes de Upper East Side y las mañanas de noticias conservadoras... pero no lo suficiente como para olvidarme de las promesas.

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