lunes, septiembre 12, 2011

A mi, que me caga la gente feliz


En uno de los blogs que más amo encontré esta belleza. Me hizo feliz. Últimamente todo me hace feliz. Pasar un jueves casi de pinta viendo a Nadal y a Williams y tomando piscos y champaña en Soho. Ir de excursión a Brooklyn y terminar corroborando que soy pésima para el boliche (en algún punto, mi bola se fue a dar al canal de otra persona...) y tratando de bajar a Fabian de una bicicleta que no es de él. Y ver a Miami Horror. Y besarme con un tipo durante un concierto en Terminal 5. Y comer arepas y mojarme los pies en la lluvia neoyorkina. E ir a clase y caminar a la escuela y ver de nuevo a mis amigos (los de aquí y los de allá). Y hacer el bruch con unlimited mimosas (por la módica cantidad de 20 dólar) e ir al MoMa un domingo por la tarde y pagar una cantidad exhorbitante por entrar a ver una película francesa a un disque cine de arte pichurriento. Y cantar Je t'aime, moi non plus.

La vida me trajo al País de las Maravillas y todavía no he encontrado la razón específica. No se qué hago aquí más que ser feliz. En verdad no lo se, pero lo agradezco todos los días. Y hoy recibí una carta demorada. Y en alguna manera extraña esto también me hizo feliz. Y he decidido que Mr. G no es para mí. Y también eso me ha puesto feliz. Y una amiga se casa pronto, y otras están explorando otras opciones. Y algunos amigos se enamoran y otros hacen que la gente se enamore. Y todo, en mis ojos, todo está bien. Y me he ganado boletos para ver a los Black Eyed Peas y vivo en Nueva York y tengo un cuadro de Paris en mi habitación y no puedo creer mi suerte.

Y sólo me queda ser feliz por la gente que quiero y disfrutar mi estancia en Wonderland (a la que ya le queda menos de un año). Y continuar portándome un poquito mal... porque (according to the Man in the Suit) cosas buenas le pasan a la gente mala.

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