lunes, agosto 23, 2010

Voici et voilá


He terminado (extra)oficialmente de desempacar. Mi cuartito neoyorkino quedó más que habitable y con un cierto toque parisino - blanco y negro, flores, cortinas blancas y gran gran cuadro en mi cabecera que me muestra Trocadero. Y justo cuando me disponía a tomar un descanso como recompensa al arduo trabajo y el buen resultado me dí cuenta de que debía hacer maleta de nuevo: mañana zarpo a Portland (donde, se supone, hay una gran concentración de Hipsters que seguro me harán el feo por mis playeritas polo bien planchadas y mis lentes Marc Jacobs con cero onda "hip") a tomar una cosa de Fulbright que no me queda muy claro de qué me servirá.

Y es que ciertamente la vida siempre me obliga a mantenerme en movimiento: de escuela, de casa, de amigos, de amantes (de posición), de ciudad. Es cierto que a veces es mi fugitivo interior quien siente vértigo al quedarse quieto, pero otras veces es algo más: no me voy, me llevan. Y, bueno, al parecer los viajes están de moda con el nuevo combo peli-bestseller EatLovePray. Aquí me toca confesar que he comprado el libro y pienso leerlo durante las seis largas horas de vuelo que me esperan mañana. Me da un poco de pena, pues no suelo leer bestsellers y mucho menos si la película la protagoniza Julia Roberts pero hay algo en el tema de la fuga y de tomarse un tiempo para sanar el corazón y encontrar "el centro" (y comer!) que me hace cosquillas. Eso y que en este momento me encuentro imposibilitada emocionalmente para leer los dos libros que me traje de México... era eso o Twilight.

Las cosas acá siguen igualmente tranquilas y yo sigo expectante. Sigo sintiéndome de vacaciones, de visita... no me hago a la idea de que ahora vivo aquí; donde siempre quise estar. Y todo va bien, me he encontrado con pura gente amable (hasta un compa mexicano me regaló galletas por hacerle la plática mientras me preparaba una ensalada). Ya tuve una ligera probada de los viernes acá. Un viernes ciertamente extraño, borroso y un tanto nublado. No se si, después de casi un año de pasar los viernes más dulces y felices de mi vida en los brazos de una persona, mis días quintos volverán a tener el sabor que tenían antes. Pero como diría Jen "hay que considerar que se tiene un número limitado de fines de semana y es obligación sacarle provecho". Yo tomo nota y pongo manos (tragos) a la obra. A ver qué sale.

Por lo demás, no he podido escuchar nada nuevo, pero prometo entrevistar a un par de hipsters en Oregon para traerles recomendaciones fresquecitas. Mientras, escúchense el soundtrack de Amèlie mientras transitan por sus ciudades; yo hice el experimento paseando por Nueva Yol y fue sumamente una cosa bien bonita.

2 comentarios:

Marination dijo...

En el fondo yo tb pienso q estás d vacaciones y q pronto regresaras!! Este finde te he necesitado más q nunca, he necesitado un abrazo, un apapacho, un regaño!! Gracias x estar siempre q t necesite, gracias x el mejor regalo... Es hora d sacudirse las telaranas, fajarse bn los pantalones y comenzar a volar...
Suerte en tu primer viaje partiendo de tu nuevo hogar! Suerte con la "bienvenida-integración" que le llaman... Y nos vemos en menos d lo. Q canta un gallo...

Te quiero canija!!

Un fulano dijo...

Es veldá, pa todos se siente como un viaje, pero creo q es mejor así, de pronto estaremos ya acostumbrados a la distancia y a comunicarnos por los 400 medios q tenemos.

Exijo recomendancia musical, suficiente es con mi pobreza y falta de vida social como pa no tener ni música q escuchar en mi laboratorio.

Besos!!!