domingo, julio 25, 2010

Mudanzas: hoy no quiero cambiar



Tengo media hora tratando de quitarme el esmalte rojo de las uñas. La verdad es que no quiero levantarlo. Me gusta mucho, me hace feliz. Es algo un poco mío: empecé a usar colores fuertes en uñas muy cortas antes de que se pusiera de “moda”. Preferiría mil veces poner otra capa encima y ver si aguanta toda la semana. Pero eso fue lo que hice hace ocho días. Y ahora cuesta mucho trabajo sacar todo el color.

Y así como las uñas rojas, hay cosas que me cuestan trabajo dejar. A veces me da por ser coleccionista, con las cosas que de veras me gustan. No tengo raíces, pero voy por el mundo cargando con sendos baules. Lo acepto, en algunas ocasiones soy muy mala dejando cosas que en algún momento me hicieron feliz. Pero... ¿no somos todos malos en eso? Y es que hay cambios que duelen y dejan los dedos manchados. De estos, creo, los peores son los que vienen de los cambios de los otros. Cuando las cosas y las personas a nuestro alrededor cambian, el menú ofrece sólo dos sopas: fingir que todo sigue igual o no. Y a veces cuesta mucho trabajo decidir.

En estos días a mi me apetece más la primera opción. Ya podré dejar de fingir en unos días… por el momento he decidido quedarme instalada en la ilusión. Prefiero pasar los próximos veinte días pensando que entre él y yo hay algo todavía y que me quiere y que me extrañará, y que también lo harán mis amigos porque mis amigos son buenos amigos y no me quieren sólo por la fiesta y que mis padres son a todo dar. Por veinte días fingiré que todo está perfecto y que yo sólo me voy de vacaciones.

Si me quedara, las cosas serían muy diferentes. Si no hubiera tomado una decisión hace varios meses tendría que hacerlo ahora: desempolvar libros viejos y regalarlos a alguien que no los haya leído ya. Para mí es tiempo de hacer mudanza, limpieza y depuración de cosas viejas, ropa que no volveré a usar y zapatos que nunca me quedaron. Tal vez lo sea no sólo para mí. Al hacer maletas las cosas caen por su propio peso y todo lo que no debe hacer el viaje, no lo hará… o casi todo (soy necia, eso no es secreto). 

No hay comentarios: