sábado, octubre 31, 2009

Tagetes erecta (esa flor de octubre)

Me gusta Reforma en esta época del año. Los camellones (aún con sus estúpidas pirámides minimalistas) se visten de un naranja bien bonito. En realidad, creo que hay algo en el aire de Octubre que me hace volar un poco. Aún con lluvias torrenciales y calores extenuantes, este Octubre no fue la excepción. Aún con diputados estúpidos y funcionarios sobrepagados, este Octubre me dejó buen sabor de boca.

El viento me trajo olor un regalo del mar, olor a cempasúchil, muchos cambios y un poco de equilibrio. Un poco de fiesta, un poco de amigos, un poco de besos, un poco de libros, un poco de música… un poco de madness. Sólo un poco. Y, como siempre, hay días que pienso que no voy a poder con este estado de bienestar, que estar en el borde sólo me deja ver para abajo. Hay días que siento que no voy a poder.

Curioso ¿no? Cómo los sentimientos responden a tantas cosas a la vez. Hay días nublados, con buena música en el radio y un gran capítulo en el libro en turno. Y entonces nos sentimos bien. Nada nos toca. Independientemente si en el Montessori a uno no le hacen caso, o si el hombre decidió volver a desaparecerse. Y hay otros donde uno sólo quiere un Rooibos caliente y mirar al teléfono hasta que éste se apiade de uno y nos traiga su voz.

No lo se… sigo pensando que esto es una cosa femenina. Ser movidas por los sentimientos, que nuestro bonheur se decida por una llamada, un correo, una vista. Que no importa si a una le echan flores sobre su alto CI, le asignan una investigación importante o le aseguran una certificación en lengua extranjera indolora y facilota. Que no importa si el fin de semana se estrena 500 Days of Summer. Al final, insisto, la fiesta te la hace la aparición inesperada, el mensaje a las 2 de la mañana. La llamada que anuncia una tarde perfecta: “puedes salir? vine (desde La Loma) para llevarte a comer pay de dátil”. Al final nada importa. Me caga.

Pero mientras investigo si esta racional errática sucede sólo en las mujeres, y mientras decido si saltar al vacío o mejor fingir mientras tomo un Shiraz… la música para un fin de semana lleno de excesos, nubes grises y flores anaranjadas:

No me importa nada, Luz Casal (Luz V, España, 1989)

“Y no me importa nada, que rías o que sueñes, que tomes o que dejes…” Qué sabiduría inalcanzable. Hermosa canción con una voz hermosa. Verdaderamente Timeless.

Cómo hemos cambiado, Presuntos implicados (Ser de agua, España, 1991)

Una canción del pasado que habla del pasado, para una semana de reencuentros y memorias y olvidos. Es de estas canciones que todos escuchamos y escuchamos y luego olvidamos. A veces es bueno recordar.

Sooner or Later, Amanyth (Amanyth-Demo, 2008)

Este grupo indie-quasi-desconocido es una verdadera Gloria. Es un trip-hopsito rico y melancólico. Perfecto para las tardes lluviosas de vinos amaderados y pláticas con sabor a tabaco.

Amongst the Waves, PearlJam (Backspacer, EUA, 2009)
El disco no me gusto. Lo siento mucho, pero suena a un grupo chafa en cualquier King’s Pub. Sin embargo, como en todo (básicamente, no? Más que nada, entre otras cosas) todo siempre tiene algo rescatable. Esta canción tiene la misma tónica de Given to Fly, pero suena contemporánea. Tiene las básicas guitarritas de Pearl Jam y la sexy voz de Eddie Vedder. Recomendable, de entre las olas.

1 comentario:

Un fulano dijo...

Tregua al ser de odio... se vale sentir, se disfruta y se sufre, pero nos recuerda de vez en cuando q estamos vivos.