Y twitteo: "señoritas que se comportan cual quinceañeras cuando se les presenta ante el objeto del deseo"...
Y así van las cosas. Podemos ver ya la luz al final del túnel (no, no me refiero a la época de exámenes finales - esa a penas comienza). Me refiero a ese momento cuando casi se puede cantar victoria y emerge uno con moderada dignidad de esa oscura neblina de dicha total, efímera, deliciosa y fatal. Cuando uno deja de estar enamorado y se topa, de frente, con este mundo cómico-mágico de las interacciones con el sexo opuesto (o el mismo, o los pescados... aquí somos incluyentes).
Y he caído en la cuenta de que en NY, como siempre, me he rodeado de señoritas inteligentes, guapas y elegantes. La pura madurez, podríamos decir. Algunas mas jóvenes que yo, algunas de mi edad, algunas que me llevan un par de años. Y me he dado cuenta también, que esta cosa de los chicos no ha cambiado desde que un tal Aedo me gustaba en la preparatoria: chica ve a chico. Chica gusta de chico (y sabemos que a chico no le desagrada del todo Chica, ya que o ya le ha robado un beso, o se dejó desvestir por Chica o, de menos platicó con ella vía Facebook). Pero, como los hombres son de Marte y las mujeres somos de la Chingada, Chica no se conforma y quiere más (mas tiempo, mas besos, mas Chico).
Pero Chicou (porque estamos en el gabacho, recuerden), no da su brazo a torcer... Ya sea por pendejo, por tímido, por cabrón, o por todas las anteriores. Y mala idea del Chicou este, porque lo único que hace es acrecentar el deseo de Chica por el juguete ese en la repisa mas alta del aparador. Y, eso está todo mal porque aunque Chica tiene uno que otro fans (ídolo, pa que me entiendan) por ahí en alguno de los 5 Boroughs, Chica quiere otra cosa... Que, a su entender, solo Chicou tiene.
Y así van las cosas. Uno debe mudarse a Manhattan, no para convertirse en Holly Golightly, o Samantha Jones (O, de perdis, en Blair Waldorf), si no en alguna de las pubertas de Highschool Musical. Nada de tomar el control de la situación (o la calentura) y salir del paso con elegancia, destreza y madurez... Para qué? Si es mas divertido esconderse detrás de una computadora mientras pasa el ataque de risa nerviosa, o preguntarle al amigo del amigo si Chicou ha preguntado por una, o mi favorito, correr, cual quinceañera en la otra dirección (si, cara colorada, agitando brazos y todo el numerito) cuando se topan a Chicou de frente.
Y twitteo: Chicous que requieren un emoujoncito. Chicas que no saben si quieren un Chicou que requiere un empujoncito. Chicous que piden teléfonos y nunca llaman. Chicas que dejan a un guapo y casadero Chicou sin darle su número. Chicas y Chicous que no dejan/piden teléfonos y luego se arrepienten.
Y ahora, si me lo permiten, iré a comer pay de calabaza.
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