Objetos del deseo

Objeto 1

10.15 am. Me aburro. Alfre trabaja por mí. Yo ojeo Vogue.fr (merci, maridi).

Tendencias de invierno: London, paso. Tennis, paso. Lentejuelas, paso. Plumas… lo pensaré. Oh, mon dieu! Rêve de dentelle. En-ca-je. Todo en negro. En lencería, en accesorios, en blusas, en todo. Encaje negro. Lo deseo. Hermoso el antifaz (y lo que puedes hacer con él). Zapatos Armani. LOS zapatos. Los deseo.

Objeto 2

11 am… suena el teléfono y esa voz serena que me desarma:

- ¿Nunca te pones mini falda?

- ¿Eso qué? Hoy traigo mini…

- ¿Tacones?

- ¿Qué te traes, tu? ¿Para eso me marcaste?

- Ponte mini el viernes. Ya empezó a cambiar el clima y luego te da frío.

- … Ya llegó JP. ¿Se te ofrece algo im-por-tan-te?

- Ponte mini el viernes.

- ¿Y luego? ¿Yo qué gano?

- Mi deseo… y el nuevo disco de Cerati. Te lo compré hoy.

- Sold!

Colgué sonrojada. La palabra me dio vueltas en la cabeza todo el día. Deseo. Qué cosa tan maravillosa. Desear, ser deseado. Es maravilloso. La chispa que lo mueve todo.

Objeto 3

3.10 pm. Salimos a comer.

Caminamos hasta La Salamandra. No mentí, minifalda negra, tacones altos bicolor (Dios te tenga en sus santa gloria, Mlle. Chanel). Miradas poco discretas… y luego los chiflidos. Los chiflidos me provocan sentimientos encontrados. Me dan ganas de gritar “a ver, pendejo, claramente no soy Megan Fox, así que cálmate”. Pero la sensación tiene su encanto. El encanto de saberse fugaz objeto de deseo.

Objeto 4

Llueve. Se sabe el efecto que la lluvia tiene en mí. Deseo. Deseo de jazz… deseo de piel y vino y humo. Deseo de un leve soplido en la nuca. Deseo de dedos por detrás de las piernas. Deseo de pensar poco y sentir mucho.

Trato de distraerme pero estoy fuera de mí. Hay deseos que me ponen fuera de mí. Son los mejores. Los que lo mueven todo.