lunes, septiembre 28, 2009

Honguitos con queso


Tengo ya tiempo sosteniendo que las mujeres la pasamos mal y los hombres la pasan bien. ¿Por qué? Por nuestra mala cabeza. Sostengo también que las mujeres tenemos una atracción enfermiza a torturarnos, a darle cuatro vueltas a las cosas que no merecen ni cuatro pasos, a leer entre líneas imaginarias, a buscarle respuestas a preguntas que no se han hecho…
Hasta hace poco creía firmemente que los hombres, au contraire, son poco complicados y bastante lineales en sus pensamientos y sentimientos. Si es si. No es no. Quiero algo, voy por él. Simple y un poco primitivo.

Después de una serie de acontecimientos, charlas y lecturas me di cuenta que mi visión tenía un tinte maniqueo. ¿Que los hombres no sufren? Por Dios. ¿Que siempre saben lo que quieren? ¿Que emocionalmente tienen la complejidad de un espécimen del reino monera? Tal vez… no lo sé. Nunca lo sabré (Amigos lectores, machos cabríos, ilumínenme. No, Maridi… tu no cuentas: tu capacidad de madness sobrepasa la mía y la de Mariano. Juntas).

Estaba lista a retractarme. A aceptar la posibilidad de que los varones poseen sentimientos y conflictos emocionales. Sin embargo, este fin de semana pasé una noche como las que no pasaban hace años: el muégano reunited. Cuatro féminas, más bien solteras, más bien conflictuadas, sueltas por la ciudad soltando estrógeno por todos lados. Que si el pasito duranguense me hace llorar. Que si me persiguen los enanos. Que si ya van a tocar la nueva de Shakira. Que si el Bourbon me sabe a… Que si el objeto de deseo no ha llegado y seguro no llegará. Y no. No encontré ni un poquito de sensatez masculina en toda la velada. Y si. Concluí que los hombres son un sub-género de la raza humana con poca o nula capacidad de crear drama. Qué envidia.

Iré ahora a ejercitar un poco mi lado izquierdo del cerebro. Tal vez me divierta un poco más si empiezo a pensar como macho. Tal vez pierda mi capacidad de hacer dos cosas a la vez (como platicar y tener sexo o cocinar y consultar Twitter), tal vez le tome un miedo inexplicable a pedir orientaciones a peatones si me pierdo... Pero estoy determinada a dejar descansar el ansia, el sospechosismo, el drama y las estrategias de ajedrez. Estoy determinada a pasarla bien. Monera-style.


--- Entrada inspirada, parte en el Asha y su excelente selección musical de este fin de semana (sin El Ratón Vaquero!) y parte en el artículo de Maureen Daud en NYT de este fin de semana. Para verlo, da click aquí.

1 comentario:

Unknown dijo...

Efectivamente, mi querida amiga somo taannn complicadas y yo que me jactaba de incredulidad total y totalmente estratégica ay ajàaa!!! sì, la serie de revelaciones que tu ya sabes me tienen loca, es un coche de sentimientos que ahora trato de controlar sino imagínateeee!!! jaja en fin creo que seguiré tu sabia recomenacioón monera style!!! un beso