viernes, agosto 28, 2009

De filias y parafilias

Se sabe de mi poca correctitud política. Se sabe de mi gusto por ofuscar a la gente con mis comentarios sexualmente cargados. Siiii ya seee… “no puedo ir por la vida con esa carta de presentación”. Qué le voy a hacer? Me divierte. Y si, cada vez me convenzo más de que equivoqué la carrera. Debí estudiar sociología sexual, o sexología, o tubo.

Cada amante nuevo echa luz a un nuevo tema. Es curioso como hay tantos gustos, fetiches y manías como hay “gentes”. Creo que es parte de lo que más disfruto de mis andares. Trucos nuevos, trucos viejos e infalibles, cochinadas y cuartos estérilizados. Todo lo que envuelve al tema del sexo me fascina más allá del simple orgasmo. Es verdadera curiosidad intelectual (claro, hay veces que sólo se llega al conocimiento a través de la práctica).
De tamaños, formas y presentaciones llevo diario. De posiciones, llevo récord milimétrico. De lo bueno y, sobre todo, de lo malo hay registro detallado. El poder del lingerie, fetiches de pies, hábitos violentos, manías cariñosas, masajes tailandeses, gadgets y ejercicios de respiración. Todo lo vivido tiene su carpetita en mi archivo. Algunas cosas las pongo en práctica (y de ellas, algunas funcionan, otras no), otras simplemente me inspiran para buscar más información. Esa es mi parafilia. Tener sexo, no por el sexo en sí, sino para descubrir al sexo. O tal vez descubrirme a mí reflejada en el sujeto en cuestión.

No me gusta la promiscuidad. Al final del día, el sexo es sagrado (no, no me convertí en predicadora de Osho). Hay una gran diferencia en ranflear por egoismo y experimentar con fines ulteriores. Y es que estoy enamorada del tema. Es uno de los pocos tópicos que conservan un velo de misterio en este mundo hipermediatizado. Las diferencias culturales, los rituales milenarios, la estrecha relación que guarda con la mística femenina. El boudoir, los tacones, los aromas… la piel y la voluntad.

Es viernes de diamantes. De piel desnuda y sólo diamantes. Lucy in the Sky with Diamonds.

1 comentario:

Un fulano dijo...

Estimada autora de los "Sexpedientes Secretos D", es imperioso empiece a considerar la publicación de su esperada obra maestra, no more jotitas ni mujeres vilipendeadas, lo de hoy es la sucesión de la GRAN Anabel Ochoa, el mundo ya le perdió el miedo a las palabras, es hora de ser más subversiva que nunca y compartir la sabiduría adquirida, otherwise está en riesgo de simplemente... ser una promiscua más.