sábado, agosto 08, 2009

Bitter-sweet Symphony

Llegó justo un año después. A él le llegaron los 35, a mi me llegó mi beca. Y si bien seguimos bailando esa melodía dulce-amarga y adictivamente deliciosa, se que pronto dejaremos la fiesta y partiremos cada quien por su lado.

Justo un año después llegó. Por fin me llegó la fuerza para admitir que tengo el cuerpo enamorado. Y si, acepto que lo adoro. Su casa, sus manos, su voz… que mis amigos lo odien. Adoro en lo que me convertí a través de sus ojos, de sus críticas, de sus discos de jazz y botellas de Saint Emillion, de las noches de aullidos deliciosos y lágrimas saladas. Adoro que me obligó a odiarlo en pequeñas dosis. Ahora entiendo que me enzeñó a decirle adiós en cápsulas de toma diaria. La receta me dio la fuerza para despedirme de él. Mi beca llegó justo un año después.

Hoy comienza la cuenta regresiva. O eso quiero creer. Quiero pensar que lo que tenía que vivir lo viví el año pasado. Quiero pensar que podré ver al ABT en vivo, o estudiar en alguna de las enormes bibliotecas de Harvard, o yo que se… Quiero pensar que se vienen días llenos de Gershwin y Lilly Allen. Quiero creer que habrá caras nuevas y nuevas camas. Quiero pensar que ahora todo irá bien.

Quiero pensar que irme no me va a doler. Que aprendí a atesorar sin tener, a amar sin querer, a estar sin echar raíces... Se que sin él puedo vivir. No se, sin embargo, cómo viviré sin mi mejor amiga a 20 escalones de distancia, sin mi marido dispuesto siempre a escuchar, sin mis dos molinos de viento (mis padres, a veces mounstros, a veces castillos). Tampoco he aprendido a decirle adiós a esa pláticas maravillosas que sostengo (casi) cada semana con el fantasma del pasado. No se cómo dejaré de ansiar esas conversaciones tan honestas, tan llenas de humo y Carolina 212 y risa ácida. No se. Pero se que tendré que aprender y que la cuenta regresiva hoy comienza.

Gracias a los que estuvieron, a los que vieron las lágrimas que no solté. Gracias por los ánimos y los regaños, por saber y no decir nada. Gracias por confiar en que, aunque fuera un año después, lo que necesitaba iba a llegar.

3 comentarios:

Un fulano dijo...

No lo he leído y no sé cuando lo haré, pero llegado el momento me pronunciaré, in the mean while "no emitiré declaraciones al respecto"

Unknown dijo...

Sí, llegó un año después, creo que en el fondo sabía qué¿? llegaría, sí... la recompensa por joderte tanto en aquéllos 5 años de universitaria y no menos importante la estabilidad en esa "relación" un tanto enfermiza un tanto frustrante...
Por mi parte, más bn me hago lo loca o bn no quiero pensar en que en un año cambiaran nuestras vidas... sí reina, tu lejos estudiando y estudiando y yo aquí o allá dónde tu bn sabes... cada una con su rollo... "pero más sin en cambio" cada una con la seguridad de que la otra estará haciendo lo que desee, sí reina lo que quiere, como siempre... eso sí te iré a visitar y quién sabe igual y me quedo contigo una temporadita aunque sea de chacha.. me recibes no? En fin, las palabras de despedida vendrán después, ahora solo digo, estoy harto orgullosa de ti , no solo por el logro académico obtenido sino también por el logro emocional alcanzado... eres grande amiguitz bs

Di dijo...

Ayyy mi corazón de pasita se hace chiquitooo...