En efecto, hay un nuevo chico en mi vida. Digo, nuevo y no porque ya fue pasado por las armas. Y basta decir que las armas se cubrieron de gloria. El problema es que el muchacho también resultó excelente compañero de conciertos, y hasta puede mantener una conversación civilizada. Creo que también gusta con la ropa puesta! Y ahora qué?
Se dice, con cierta razón y prueba empírica de sustento, que cuando una conoce a un tipo con el que hay cierta “química” debe hacer un complejísimo pero velocísimo cálculo mental. Lo mucho que te gusta físicamente – lo mucho que te gusta pa platicar - las cualidades que lo hacen un buen espécimen pa quedarse con él (aunque sea un buen rato) + las ganas que una trae una de trochar en el corto (cortísimo) plazo. Si la suma da negativa, una se debería abstener de aflojar la mercancía en aras de construir una trampa perfecta para tan preciada presa. El sexo amoroso se come frío. De lo contrario, una procede a hacer uso del arsenal de coquetería descarada con miras a encamar al sujeto. El sexo caliente se come… caliente. Al final una calcula y asume el riesgo.
- Mi terapeuta, The Rules y Oprah no pueden estar todos equivocados, por más que el hemisferio liberal/libertino de mi mente se niegue a aceptar que el sexo de inmediato destruye toda posibilidad de relación “seria”. Si, tengo la moral dispersa, pero una también tiene su corazoncito. En algún momento no muy lejano me gustaría enseriarme con alguien, digamos… por un par de meses. Pero de estas reflexiones me salen un par de dudas.
Es definitivo? Sexo prematuro = probabilidad negativa de cualquier otra cosa con el sujeto en cuestión? Por qué, Dios?? Por qué? (y por qué a mi???)
Es estúpido, además. Cómo se puede comprometer uno con alguien al que no le conoce la salva parte. Y si la tiene torcida? Azul? O (Dios guarde la hora) Inexistente? No, no… hay algo muy perverso en el funcionamiento de las relaciones. - Si lo anterior no se sostiene en todos los casos… cómo se le hace para echar marcha atrás. Digo, el misterio ya se perdió. Las ganas ya fueron liberadas. En palabras de mi terapeuta, la imagen del objeto del afecto no se terminará a formar en la psique de la posible pareja. Pero ¿habrá alguna receta para hacerla a la Benjamín Botón y desenvejecer la precozmente moribunda relación?
Y no, no me surgen estas dudas dudosas por este chico del que hablo. El señor ya pagó y pagó bien. En el mejor de los casos, sería una excelente sustitución para un amante del que me debo deshacer en breve (ya, ya, ahí vooooy… no me presionen). Pero esto me lleva a pensar que los costos de la tronchación no siempre pueden ser calculados. Tal vez en este caso no calculé o calculé mal.
Demonios, me voy a comprar una graficadora.
2 comentarios:
no, en efecto no pueden ser bien calculados.
En efecto creo que tronchar no debería desvanecer el sentido de tener una relación "seria y formal", la cosa es que sin duda -regresando a las miscalculations de before y after de la tronchación- eso no se puede saber y por ende, ni calcular.
Es decir, puedes tronchar porque te place y a lo mejor después de va dando algo "más" o se acaba en esa noche, día mañana o tarde de pasión.
Sin duda, creo que el mejor calculo, es sólo para ver si te lo tronchas o no, acto seguido, dejar de calcuar y "ver qué pasa", una se da cuenta, si da para algo más, pues más aflojarás y si no, pues ahí muere, buenas tardes, ahí nos vemos.
Las dos ocasiones que yo quise primero tronchar, me salieron en ambos casos relaciones agradables (quizá fue "suerte", decidí tomar el riesgo).
Claro, se podrá tener la moral "dispersa" pero el corazón ahí sigue y como dicen, pues let it flow, todo pasa.
Saludos Signorina
Por entradas de este tipo me da miedo su blog, compañera ejidataria. ¡Ave María Purísima! Esta juventú di hoy.
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